Hace dos años, el fútbol mundial perdía a uno de sus mejores jugadores de todos los tiempos. Alfredo Di Stéfano, La Saeta Rubia, falleció el 7 de julio de 2014 a sus 88 años en Madrid, dos días después de haber ingresado al Hospital Universitario Gregorio debido a un paro cardíaco.
Nacido en Barracas, Buenos Aires, llegó a River Plate en 1943 para jugar como insider derecho en las Inferiores "millonarias". Luego, pasó a ser centrodelantero y, después, a wing derecho. Así, como puntero, debutó en Primera División: el 15 de julio de 1945, en una delantera que completaban Gallo, Pedernera, Labruna y Loustau, reemplazando a Juan Carlos Muñoz.
Tras el estreno en la máxima categoría, Alfredo volvió a su división y pasó a préstamo a Huracán, donde tuvo una destacada actuación. En su regreso al Millonario, se convirtió en titular indiscutido del ataque: con un Di Stéfano imparable, River salió campeón y el rubio centrodelantero se convirtió en goleador, con 27 conquistas.
A mediados de 1949, decidió emigrar a Colombia, donde jugó en el Millonarios con un famoso equipo en el que, nuevamente, se destacó. Centroamérica fue su trampolín para llegar a Real Madrid (institución de la que, al momento de su desaparición física, era Presidente Honorario).
En el conjunto español se convitió en leyenda: desde 1953 hasta 1964 (11 temporadas) ganó cinco Copas de Europa consecutivas, Intercontinental, Copas Latinas, ocho ligas, una Copa de España y una pequeña Copa del Mundo. Además, en lo personal obtuvo dos Balones de Oro y el Súper Balón de Oro, siendo el único jugador que posee este trofeo.