Luciano Vera: "Jamás pensé que podía lograr esto" El defensor de la Séptima División se refirió a los logros que alcanzó con River y con la Selección Sub-15 de Argentina.

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Por: Rubén Sagarzazu


“Le agradezco a Dios que me cuida y me da la posibilidad de vivir este momento. Y a toda mi familia que me apoya y ayuda para que pueda seguir adelante con este sueño de jugar al fútbol. Por ellos tengo que esforzarme cada día más y no defraudarlos. Todavía no caigo de lo que me está pasando: jugar en River, que es un monstruo del fútbol, y estar en la Selección Juvenil Argentina y lograr salir campeón con los dos. Cuando estoy solo, a veces, me pongo a llorar de alegría, porque jamás pensé que podía lograr todo esto”.

Es la primera reflexión que suelta, emocionado, Luciano Vera, lateral izquierdo de la Séptima División de River y la Selección Sub-16 de Argentina. Es que tiene una historia muy particular en su corta carrera de jugador, que merece ser conocida. Está viviendo a los 16 años un idilio perfecto e impensado con el fútbol. Con River ya logró el año pasado el campeonato de Octava División de la AFA y con la Selección Sub-15 de Argentina, el campeonato sudamericano, jugado en San Juan también en 2017.

Y esta historia tiene dos partes. La de River, Luciano la relata así: “Tengo un hermano mellizo que se llama Lucas. Los dos vinimos a probarnos juntos en el 2015. Somos de Wanda, Misiones, una ciudad de 19.000 habitantes. Nos probaron Gustavo Fermani y Gabriel Rodríguez. Y nos dijeron que en febrero de 2016 nos iban a volver a llamar. Así pasó, volvimos a Buenos Aires y nos comunicaron a los dos que habíamos quedado. No lo podíamos creer. Éramos jugadores de River.

¿Cómo fue la prueba?
Mi hermano jugó de lateral por la derecha y yo de marcador central, eso en la primera prueba, que fue contra los jugadores de la prenovena. Después, hubo otra donde a él lo pusieron de 3 y yo seguí como central. Cuando nos llamaron en febrero, Gabriel Rodríguez nos dijo que les había gustado mucho cómo habíamos jugado. Y así empezamos a jugar en la Novena. Ahí mi hermano jugaba de 4 y yo de 2. Hasta que pasado un tiempo, a mí me pusieron de lateral por la izquierda y ya no me cambié más de puesto. Fue algo increíble. Estar en el mundo River. No salíamos del asombro. Porque jamás se nos pasó por la cabeza, que esto podía suceder.

Hay una fuerte y linda la historia con tu familia, que fue fundamental para que puedan quedarse en Buenos Aires para jugar al fútbol.
Sí. Todos estaban contentos con lo que nos había pasado. Y querían que jugáramos en River. Por eso mi mamá, Luci (empleada municipal), y mi papá, Sergio (es maquinista en una empresa de Wanda), hacían comida para vender (pollo asado, tortas fritas), rifas y los vecinos colaboraban para que nos quedemos en Buenos Aires y cumplir nuestro sueño. Tuvimos que madurar de golpe. Nos teníamos que hacer todo. Después todo se hizo fácil al estar en la pensión del Club, donde realmente no nos falta nada.

¿Qué pasó con tu hermano?
Terminamos de jugar el campeonato de Novena y le dijeron que para que pueda seguir progresando era mejor que vaya a otro club. Así se fue a Chacarita, donde hoy juega en la Séptima División. Para mí fue muy duro tener que separarme de él. Y tenía decidido volverme a mi ciudad, si él no podía seguir jugando al fútbol. Gracias a Dios todo pasó. Y hoy los dos podemos hacer lo que más nos gusta.

Y el año pasado llegó lo más lindo, saliste campeón en Octava División.
Fue algo espectacular. Ganamos el campeonato de punta a punta. Jugando un gran fútbol, con el estilo de River. Pero lo más importante es el grupo humano que tenemos con los chicos. Acá tiramos todos para el mismo lado. Nos ayudamos dentro y fuera de la cancha. Y nadie se queda desprotegido si tiene algún problema. También son fundamentales el cuerpo técnico y todos los que colaboran. Nos enseñan que primero está la parte humana y después que somos jugadores de fútbol.

¿Cuáles son tus características como jugador?
Soy un lateral que se proyecta permanentemente y le gusta terminar la jugada. Pasó al ataque seguido y con mucha decisión. Los técnicos me piden que lo haga siempre. También soy fuerte de la cabeza. Nunca bajo los brazos y estoy concentrado todo el partido.

¿Qué es River para vos?
Todo. Jamás pensé que podía llegar acá. Es un mundo totalmente distinto. Por eso cuando me pongo la camiseta siento un enorme orgullo de defender estos colores. Y llevar el escudo en el corazón es una sensación difícil de describir. River te da todo. Por jugar acá puedo estar en la Selección. Y además te enseñan que no sólo hay que ser jugador de fútbol, sino desarrollarse como persona y estar preparado para todo en la vida.

¿Quiénes te marcan el camino en el fútbol?
Messi es mi ídolo desde chico, porque allá en mi ciudad jugaba de enganche. Y admiro a Ponzio, porque es referente, solidario y dentro la cancha deja todo. Y les marca el camino a todos. Yo sé que para ser como él tengo que sudar hasta la última gota en cada entrenamiento. Si no, no hay manera de llegar a la Primera. Y en mi posición, me gusta Saracchi por cómo se proyecta, la técnica que tiene y la dinámica de su juego.

La segunda parte de la historia tiene que ver con la Selección Argentina. Algo que todo jugador sueña. Él ya es parte de las Juveniles. Salió campeón y va camino a jugar el Mundial de su categoría, que se disputará el año próximo en India.

“El día que me citaron para integrar la Selección Sub-15 no lo podía creer. Fue Titi Dollberg que me dijo que tenía que ir a entrenarme a Ezeiza. Los dos teníamos tanta emoción que nos abrazamos y nos pusimos a llorar. Se me pasaron tantas cosas por la cabeza, pero lo primero que hice fue llamar a mi familia y decirles lo que había pasado. Mi papá también se puso a llorar y todos se pusieron a gritar de contentos. Ahí le agradecí a Dios por todo lo que me estaba dando”.

¿Cómo fue tu primer día en la Selección?
Inolvidable, desde que entré por la puerta principal de Ezeiza. Y cuando estaba en el vestuario y vi el canastito con mi ropa y decía “Vera”, la emoción me superó. Después levanté la vista y estaba Aimar y no lo podía creer. Y al saber que también me iba a dirigir Diego Placente, no entendía nada. Y cuando fuimos para el campo de juego y estaban ellos esperándonos fue lo máximo. Hasta el día de hoy no caigo.

¿Y ganar el Sudamericano Sub-15?
Algo espectacular y encima por la forma en que se dio. Arrancamos el torneo contra Colombia, ganamos 3-2. Y todo lo que viví es difícil de contar. La emoción de ponerse la camiseta argentina, el orgullo de ver el estadio lleno en San Juan, escuchar y cantar el himno nacional. Y sentir al público gritando “Argentina, Argentina”. Te sentís un jugador profesional, te tiemblan las piernas y te pasan mil cosas juntas. Esas cosas no se van a borrar nunca de mi mente. Tardé como diez minutos en meterme en el partido. Y por dentro decía “soy jugador de la Selección Argentina".

Encima le ganaron una final épica a Brasil.
Me acuerdo de que estábamos todos nerviosos. Y Aimar y Placente nos tranquilizaron diciendo que nosotros vestíamos la camiseta argentina y que no éramos menos que nadie. Que teníamos que dejar hasta la última gota de sangre. Y que no había que rendirse nunca. Y que hiciéramos lo que sabemos, que es jugar al fútbol, con respeto y humildad. En la charla técnica todos tuvimos que hablar y decir lo que sentíamos.

Después llegó el partido. ¿Cómo hicieron para darlo vuelta?
A los dos minutos del segundo tiempo perdíamos 2-0. Nos estaban pegando un baile tremendo. Pero nunca pensé que estábamos perdiendo y mis compañeros tampoco. Al poco tiempo descontamos y ahí la gente empezó a alentar más que nunca. Eso nos dio más coraje y fútbol. Los empezamos a llevar por delante. Les empatamos. Y ahí dijimos que íbamos a hacer historia. Y a los 34 minutos, les metimos el tercero. Nadie lo podía creer. Los brasileños se miraban entre ellos y estaban mudos.

Me imagino lo que habrá sido el festejo.
Impresionante. Yo salí corriendo a buscar a mi mamá y a mi hermano. Los metí dentro la cancha y empezamos a festejar como locos. Después la vuelta olímpica, recibir la medalla, escuchar el himno y ver la bandera argentina en lo más alto. Son cosas que me van a quedar para siempre en mi memoria. Como nos dijeron Placente y Aimar en el vestuario: “Ustedes hicieron historia, disfrútenlo”.

Tenés una historia muy linda con Placente…
-Sí. Un día, al finalizar un entrenamiento, me llamó y me llevó a una sala. Y empezó a pasarme un video de Lahm, el lateral derecho de Alemania. Y me dijo vos ‘jugás igual que él. Por eso vas a usar la camiseta con el número 21. Nunca me lo hubiera imaginado.

FICHA TÉCNICA
Nombre y Apellido: Luciano Vera
Fecha de nacimiento: 9 de febrero de 2002
Lugar: Wanda, Misiones
Edad: 16 años
Peso: 54 k
Estatura: 1,67 m
Perfil: derecho
Apodo: Chompi
División: Séptima
Puesto: lateral por izquierda