En un primer momento, las experiencias estuvieron relacionadas al establecimiento de vínculos de afecto, contención y confianza, tanto de los niños con las docentes como también entre pares, familiarizarse con el nuevo espacio de la sala, despedirse con tranquilidad del adulto que los acompañe e integrarse al grupo de pertenencia.
Pasado este primer momento, paulatinamente se fueron presentado las actividades de rutina: el saludo al ingresar, el desarrollo de los refrigerios, almuerzo y descanso.
En una segunda instancia, los chicos se apropiaron del nuevo espacio de su sala y también fueron reapropiándose de los diferentes espacios de la Institución y del Club, a la vez se reencontraron y conocieron a las distintas personas que desempeñan diversos roles en dichos lugares.
Consideramos que este período nos dio herramientas para observar cuáles son los gustos, necesidades e intereses del grupo, lo cual posteriormente será básico para llevar a cabo los diferentes proyectos que desarrollaremos a lo largo del año.
Entre algunas actividades que realizamos, les contamos cuáles fueron las que más les gustaron: jugar con bebotes, con pelotas, trepar por los cubos de la plaza blanda, bailar con maracas, jugar con papel higiénico a desenrollarlos, jugar con globos, mirar las burbujas, cantar canciones con los títeres y muchas actividades más.