Empate en un partidazo Con un penal atajado por Mihail en el último segundo, River igualó 25-25 ante Quilmes en un intenso encuentro.

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La Liga de Honor Caballeros recibió en VILO a la Asociación Alemana de Quilmes por la undécima fecha del Torneo Clausura de Femebal.

El primer tiempo mostró a las claras qué tipo de partido se iba a ver: dos equipos que no iban a regalar nada e iban a dar todo por llevarse el triunfo, muy agresivos en defensa y construyendo cada ataque desde lo posicional para llegar a la mejor alternativa de cara al gol. Los minutos transcurrieron con mucha paridad en el marcador y, recién sobre el final de la etapa, los “millonarios” lograron sacar una renta para irse al descanso con un triunfo por 15-12.

El segundo tiempo mostró similares emociones que el primero: ninguno bajaba la intensidad de juego y, en el último tercio del partido, los dirigidos por Pablo Sznitowski fallaron un par de ataques y la visita aprovechó para igualar el marcador. A falta de un minuto, teniendo River la posesión del balón intento en ataque y falló. En la jugada siguiente y a falta de dos décimas de segundo para finalizar el encuentro, los árbitros pitaron penal a favor de la visita. En ese instante emergió agigantada la figura de Federico Mihail para detener el tiro desde los 7 metros, evitar la derrota y sellar el marcador con un empate en 25.

River mereció el triunfo, estuvo cerca de la derrota y consiguió un empate que sirve para seguir sumando. Los goleadores del equipo fueron Adrián Portela y Juan Manuel Vazquez, ambos con 6 goles, pero todos los abrazos se los llevo Fede Mihail por ese penal atajado cuando el partido se moría.

River Plate: Adrián Portela (6) ; Matias Lima (2); Francisco Schiaffino; Fabrizio Casanova (5); Federico Mihail; Bruno Cerrotta; Juan M. Vazquez (6); Francis Acosta; Gustavo Delgado; Sebastián Grandi; Tomás Giovagnola (3); Valentino Rossetto (2); Iván Dottori; Martin Cargnel; Santiago Giovagnola; Tomás Gallardo (1); D.T.: Pablo Sznitowski; P.F.: Guillermo Cazón; Médico: Sebastián Barbieri.

Por Martín Salgado